Mucho se habla de cómo llevar tráfico a
la web y sobre todo de técnicas para hacerlo, algunas comprobadas y otras sin
fundamento, pero todo producto de un deseo: incrementar la exposición de
nuestra marca en internet obviamente con fines comerciales.
Pero nunca nos hemos preguntando cómo no llevar tráfico a nuestra web, y
cuando me refiero a trafico me refiero a grandes números y estadísticas que en
so pena pueden hinchar el pecho de muchos pero que si valuamos su nivel de
efectividad no genera mucho impacto comercial.
Y es aquí donde entramos en tierras movedizas, por que no solo debemos
plantearnos las preguntas sobre el tipo de tráfico y cantidad, que puede mover
un producto o servicio, sino por la calidad que pueda estar llegando a nuestro
sitio.
En este punto creo no solo se debe plantear el hecho de tener una buena
interfaz, una buena programación, publicidad online y presencia en redes
sociales, sino un contenido que pese, que genere impacto y que de paso segmente
ese mercado que buscamos llegue al sitio, no por un interés somero de un
anuncio o por un link en una red sino porque su mensaje le habla al oído y le
plantea la solución, el consejo o quizás información que busca ese internauta.
En últimas por primera vez estamos inmersos en un océano de información,
y la gente está aprendiendo a conocer que es contenido ocioso, repetitivo o
falso, respecto a aquel que tiene valor.
¿Y cuál es el tip o conjuro secreto
para saber que contenido y como debe ser presentado al publico objetivo? No es otro que
conocer mi marca, mis clientes y el entorno que se mueve alrededor, con un oído
atento y una mente abierta a encontrar soluciones a los problemas de nuestros
clientes, tanto potenciales como actuales, publicándolos obviamente en toda
nuestra maquinaria medial: web podcast, videos, redes sociales y más.