No es común mirarse detenidamente en el espejo y esperar que ese ser que esta al otro lado nos responda.
Tal vez muchos se miren constantemente, pero ello no es mirar es ver.
La diferencia radica en la acción, por que cuando miramos nos damos cuenta que ése que esta allá, es un ser con cualidades y defectos, dispuesto a demostrarnos, llevarnos a nuevas metas o incluso traicionarnos.
En diseño pasa lo mismo, las marcas y logos se deben mirar se deben introspeccionar, no es este un articulo donde se aborde el como y para que, todo sabemos que el como cambia minuto a minuto, entre redes, técnicas y contenidos, y el para que es obvio, por que queremos efectos, que se produzca algo, que se genere algo, obviamente entrelazado con el comercio o con la venta.
La marca mas allá es un símbolo, es una identidad, pero que reto tan grande el convertir esas lineas, ese fondo colorido, en un sentimiento, es allí donde cobra vida el efecto, donde eso que se convierte en símbolo toma vida.
Creo y lo hago desde mi entender, que esto solo se produce muy a lo Steve Jobs, cuando estamos en sintonia con esa marca, la conocemos tan bien que no es un reflejo, somos nosotros mismos, y acá me asalta que el trabajo del gráfico, del publicista, de todo aquel que se dedica a esto, es no otra, que dormir con la idea, comer con la idea, dejarse llevar por la idea, es vivir entero a ese objetivo: la pregunta por el que hace que ese efecto se produzca.
Bueno en este punto si no estas loco o desquiciado muy seguramente ya tenga en la punta de lengua el concepto y con ella la imagen, la tonada o el efecto onirico que nos incentive al concepto real.
Y he aquí el santo grial: el concepto, eso que genera una publicidad, un logo, una historia de calidad, eso que produce efectos y que hacen que la marca no sea un mamarracho sino un símbolo: una bandera con su identidad.
Por: Renzo Corredor
www.renzocorredor.com
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